viernes, 14 de octubre de 2011

De corazón

No sé si tengo el corazón más rojo que nunca (como decía aquella película) pero que me duele... Eso es cierto.

La gente sonríe y me mira raro cuando lo digo. Obligatoriamente añado: "Que no es amor, es dolor". Por amor no duele el corazón; te duele la cabeza, el estómago, las ingles, los labios... yo qué sé, pero el corazón no.
El corazón no, bastante tiene con lo que tiene.

Desde hace un par de semanas el corazón me late con mucha fuerza, demasiada. Me retumba en todo el cuerpo y me cuesta trabajo respirar. Palpita sin vergüenza. Es una lucha uno contra uno... mismo. Le pongo la mano encima, para darle calor, que se tranquilice, que no pasa nada, que todo está bien... pero nada, mi corazón pasa de mí. No nos entendemos. O quizás es que no sé mentirle.

En mitad de la calle le digo a mi amiga que toque, y ella toca. Abre mucho sus ojos azules y me dice que le asusta. También me dice que le recuerdo al niño del libro "La mecánica del corazón". Un niño al que le ponen un reloj de cuco de madera, pero un día se enamora y el no-corazón le duele. Claro, es de madera, qué esperaba. Yo la miro como cuando una echadora de cartas no te dice lo que esperabas. Que vale, que no era malo, pero no era lo que esperabas. Mi amiga con su enorme sonrisa intenta tranquilizarme diciendo "Pero la madera es bien, es un material noble". Genial, tengo un puto reloj suizo con un puto pájaro carpintero que intenta salir muchas veces por minuto.

No me gusta la idea de tener un corazón de madera. Ni siquiera es una patata, ni un gran trozo de plastilina roja con trazas de otros colores... es madera. Con sus astillas, su carcoma y su color a pino de bosque de tercera. Y, ¿qué pasa cuando el corazón ya no es rojo? ¿El amor también deja de pintarse en colores rojizos, rosas y granates? ¿Todo se vuelve de color marrón?

"Quizás es que tienes el corazón muy grande, por eso te palpita más fuerte". Pero no, por ahí no paso. Lo que me faltaba, un corazón "Goliat". Prefiero lo del reloj.


A ver si es que se me ha enamorado el corazón.
Qué movida.

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