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jueves, 19 de agosto de 2010
verónicas en el parlamento.
Si hay que ser respetuoso, servidora entiende que los toros no es algo que le guste a todo el mundo. Los animalitos tienen derecho a vivir, pastar, juguetear por el campo y esas cosas. Debatir con aquellos que se declaran antitaurinos es absurdo, porque ni ellos te convencerán ni tú les convencerás a ellos. Porque argumentar que es una tradición o que el cerdo en el matadero también sufre cuando lo trocean no es un argumento que les guste. Lo más curioso es que todavía les gusta menos cuando a esa gente le recuerdas lo mucho que les gusta comer esos grandes chuletones o cuando son incapaces de decirte un alimento más rico que el foie. Qué cruel eres es lo único que saben decirte. Realmente yo de toros no es que entienda mucho; sé lo justo. Una verónica y poco más. Pero un arte es, no todo el mundo tiene “huevos” de ponerse delante de un miura y defender su vida cuerpo a cuerpo. A aquellos que no les guste el espectáculo la solución es sencilla que no miren ni dejen su dinero en corridas. Por lo menos hasta hace poco la cosa había funcionado así. Ahora hablemos de datos; en el 1387 ocurrió el primer festejo taurino en Cataluña. Hace cosa de seis años las tierras catalanas se declaran antitaurinas. Después de dos años a esta fecha se abre la cuestión de l’Estatut. Y un dato curioso es que el Parlament Catalán tras su reunión vota que se prohíban a las corridas de toros después curiosamente de que medio estatut sea tachado e invalidado. ¡Casualidad, nada más!. Pero seamos sinceros, a Cataluña los toros, el sufrimiento que les causen y ese largo manantial de argumentos que derrochan cada vez que hay una cámara cerca les importa una mierda, porque “els bous embolats” algo muy arraigado a Cataluña no se prohíbe. Y no creo que al toro le haga gracia que le enciendan bolas de fuego en los cuernos ( igual a los toros catalanes si). Así que después de unos meses donde se ha debatido el tema por activa y pasiva me cuestiono si la prohibición de los toros no ha venido de manos de ese grupo de nacionalistas que se piensan que prohibiendo los festejos taurinos van a poder apartarse de la bandera española, o son realmente tontos de remate y se creen que son ultra avanzados en la lucha al reconocimiento de los derechos del toro, cuando otra vez, ha sido por la vía política la que ha tejido el patrón para conseguir lo que a unos cuantos les ha dado la gana, que vuelve a ser desligarse un poco más del resto del país e ir despacito y sin que se note mucho haciendo camino para declarse estado independiente, que visto lo visto con la mano tan blanda que hay en la política en poco menos de diez años nos quedamos sin el Cava, Casa tarradella, el fuet, Gerona y la Barceloneta. Y así va el país, donde los políticos, día si día también se van descojonando de todos nosotros, hacen y deshacen a su libre albedrío y aquí paz y el cielo gloria. Porque no lo olvidemos; en esta porquería de país, que eso es lo que es realmente a día de hoy esto; hay tres cosas incuestionables: la siesta, los aperitivos de los domingos y plantar cara a Cataluña, que luego vienen con lo de que si ellos pagan más tributos etc… Y es en estos momentos cuando me acuerdo del pobre Antonio Machado, hombre bueno donde los haya, y pensar que en ocasiones el exilio es una opción necesaria.
Cova.
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